Día que pasa el arbitraje cruceño se mancha más. Este lunes, el expresidente de Ferroviario, el empresario de futbolistas Rodrigo Osorio, reveló que durante tres años pagó en varios partidos Bs 2.000 para evitar que los árbitros lo perjudiquen con su cobros en las categorías de Ascenso, Primera B y Primera A, de la Asociación Cruceña de Fútbol (ACF). “Me extorsionaban y luego cuando me negué a seguir cancelando, le hicieron la vida imposible a mi equipo hasta dejarlo en los últimos puestos de la ‘A’”, remarcó.
Visiblemente molesto, Osorio reconoció que al final terminó perdiendo toda su inversión que hizo en tres temporadas, que calculó en $us 90.000. Su relato se remontó a 2013, año en el que se hizo cargo de Ferroviario, cuando estaba en Primera de Ascenso, colocando a una persona de confianza de presidente, Frank Pedraza. “Tuve que invertir de entrada porque tenía un plantel de siete jugadores y nos fue bien en la primera fase, a pesar de que ya se notaba la mano de los árbitros para perjudicarnos. Luego vino la liguilla y fue descarado, pues perdimos dos partidos de entrada por malos cobros”, sostiene.
Ahí apareció su secretario general, José Carlos Frías, que le dijo que había que pagar a los réferis de a Bs 2.000 por partido para evitar ser perjudicado. “Se pagó en los siguientes tres encuentros y Ferro ascendió, pues teníamos un buen equipo. En esos encuentros no hubo nada raro, lo único que ya no nos cobraron en contra penales inventados y tampoco nos expulsaron jugadores”, sostuvo. Según, el representante de jugadores, la extorsión continuó en la ‘B’, en 2014, y luego en la ‘A’, en 2015, cuando decidió parar todo. “Fue hasta que decidí no pagar ningún peso, a pesar de que había equipo para pelear el ascenso a la Liga. Recuerdo que traje a jugadores ligueros como Andrés Jiménez, Rubén Darío Carballo y Diego Sandóval, entre otros. Como no les di plata, vinieron los fallos perjudiciales y quedamos entre los últimos”, afirmó.
Agrega que Frías, que ocupa el cargo de tesorero de la ACF desde hace varios años, luego lo desconoció como titular del club para asumir él. “Presentó una renuncia mía por Whatsapp y en la asociación se la aceptaron porque ahí manda Pablo Salomón y Frías es de su línea. No me querían porque yo era de la oposición a Salomón, pues buscaba que las cosas cambien, y por ello estaba en el grupo de los clubes como Destroyers, Real Santa Cruz, entre otros”, afirmó.
Se intentó conocer la versión de Frías, pero en la asociación afirmaron que estaba enfermo y no contestó las llamadas a su celular. Tampoco respondió a los mensajes por Whatsapp, que fueron marcados como leídos.
El inicio de las confesiones
Con el testimonio de Osorio, se confirma que los pagos para amañar partidos son una constante en los torneos de la Primera A, Primera B y Primera de Ascenso. El representante de jugadores decidió dar la cara luego de ser aludido por el exárbitro Mariano Ruiz, que aceptó haber recibido entre Bs 500 y 350 por partido para amañar encuentros de Ferro, durante la temporada 2013, que correspondían a la liguilla de la Primera de Ascenso.
Ruiz hizo las confesiones durante un reunión que mantuvo hace una semana en el edificio de la Liga con el presidente de la Federación Boliviana de Fútbol, Marco Peredo, que tuvo el cuidado de grabar todo lo mencionado. Ahí también participaron Adhemar Villarroel (asesor de árbitros de la Liga e instructor de la FBF), José Carlos Aguilera (juez central de la ACF) y Jorge Calderón (exlínea FIFA). Ruiz sostuvo que el que le pagaba era el actual presidente de la comisión de árbitros de la ACF, Remberto Gonzales.
En esa reunión, Villarroel, afirmó que el pago por las insignias para ser árbitro FIFA era un secreto a voces.
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