Esta prestigiosa entidad se ha convertido en centro polémico, por la lucha de poderes que existe en la nominación de nuevos dirigentes del balompié local.
La última semana se llevó a cabo la ceremonia de premiación a los campeones de la gestión 2009, en esta misma oportunidad debería elegirse a los integrantes del comité electoral, sin haber cumplido este cometido, precisamente por las divergencias existentes.
Este es un tema de difícil resolución porque no existen acuerdos o cuando menos puntos de coincidencias que posibilite superar el mal momento del fútbol local.
Muy al estilo de la política los candidatos ingresaron a la diatriba, calumnia para descalificar a sus ocasionales adversarios, sin realizar ofertas claras destinadas a un cambio sustancial en el manejo de los campeonatos que desde hace mucho tiempo carecen de jerarquía.
La pregunta ¿Será posible que este mes de febrero que comienza pueda superarse los problemas y diseñar una estrategia de políticas claras y eficaces para el fútbol local?
La respuesta es difícil y hasta complicada porque los sectores en pugna están atrincherados, sin abrir la posibilidad del diálogo y como ya aconteció en gestiones pasadas se ingresará a las competencias sujetos a la misma rutina.
No puede prolongarse por más tiempo el hecho que los partidos de la categoría principal se disputen en escenario vacío.
La descentralización de sus campeonatos es otro de los desafíos que tiene la AFC.
La última semana se llevó a cabo la ceremonia de premiación a los campeones de la gestión 2009, en esta misma oportunidad debería elegirse a los integrantes del comité electoral, sin haber cumplido este cometido, precisamente por las divergencias existentes.
Este es un tema de difícil resolución porque no existen acuerdos o cuando menos puntos de coincidencias que posibilite superar el mal momento del fútbol local.
Muy al estilo de la política los candidatos ingresaron a la diatriba, calumnia para descalificar a sus ocasionales adversarios, sin realizar ofertas claras destinadas a un cambio sustancial en el manejo de los campeonatos que desde hace mucho tiempo carecen de jerarquía.
La pregunta ¿Será posible que este mes de febrero que comienza pueda superarse los problemas y diseñar una estrategia de políticas claras y eficaces para el fútbol local?
La respuesta es difícil y hasta complicada porque los sectores en pugna están atrincherados, sin abrir la posibilidad del diálogo y como ya aconteció en gestiones pasadas se ingresará a las competencias sujetos a la misma rutina.
No puede prolongarse por más tiempo el hecho que los partidos de la categoría principal se disputen en escenario vacío.
La descentralización de sus campeonatos es otro de los desafíos que tiene la AFC.
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