Son muchos los jugadores que han seguido las huellas de sus progenitores, pero muy pocos han dado sus primeros pasos en un mismo plantel y al mismo tiempo como le ocurre al ex mundialista Luis Héctor Cristaldo.
El ‘Macho’, como es conocido en el fútbol boliviano, ha emprendido un sueño y lo acompaña en esa ilusión su hijo Michael Cristian. Los Cristaldo, padre e hijo, son compañeros de equipo en Ciclón de Tarija, que aspira a volver a la Liga. Luis Héctor, que en agosto cumplirá 39 años, juega de volante de contención por la izquierda y su hijo, que el miércoles cumplió 18, tiene la misma función por la derecha. Con un físico muy parecido, a pesar de los años de diferencia entre uno y otro, la garra es el común denominador entre ambos. “Me dice que vaya con fuerza y que no tenga miedo, que no regale nada en la cancha y que un error mío puede costar un partido”, comenta Michael, que al terminar sus estudios secundarios en Argentina decidió retornar a Bolivia en busca de su consagración, como su padre, cuando debutó en Oriente.
“Él se ganó el puesto solo, no por el hecho de estar yo o ser hijo mío es titular en el equipo”, aclaró Luis Héctor, a propósito de la titularidad que su vástago logró rápidamente en el plantel que dirige el ex delantero argentino Gustavo Romanello, que jugó en Oriente.
Ciclón es serio candidato al título del fútbol tarijeño a escasas tres fechas para el final de la primera fase del torneo, con 35 puntos, al igual que Real Charcas de Yacuiba. El ganador del sistema todos contra todos se clasificará directo para jugar la Copa Simón Bolívar. Después vendrá una liguilla final por el título entre los primeros seis equipos de entre diez participantes.
Los Cristaldo le están poniendo el hombro, el uno con experiencia y el otro con juventud, a un equipo que busca su ansiado retorno a la Liga desde su descenso en 1995 (el mismo año que Blooming bajó a la ACF). Ambos son titulares inamovibles en Ciclón y apuntan a jugar juntos en el profesionalismo si logran el ascenso. “En la cancha no hay papito ni hijito, ahí dentro somos dos compañeros de equipo y el trato es como a los demás”, contó Luis Héctor, indicando que una llamada de atención o un carajazo, en el peor de los casos, es para hacerlo despertar y no para bajarle la moral. “Él me conoce, sabe que a mí me gusta ganar siempre”, sostiene.
Mientras estudiaba en Formosa, donde nació su padre y aún radica parte de la familia, Michael jugó en la categoría ascenso con Vélez Sarsfield. El año pasado salió bachiller y volvió a Bolivia. Estuvo entrenándose en Blooming hasta que aceptó la invitación de su progenitor. “Preferí llevármelo a Tarija porque él necesita roce, necesita jugar partidos y con futbolistas más grandes que él”, remarcó el que fuera capitán y campeón con The Strongest y ganador del Premio Mayor 2003 que entrega anualmente EL DEBER.El ‘Macho’, como es conocido en el fútbol boliviano, ha emprendido un sueño y lo acompaña en esa ilusión su hijo Michael Cristian. Los Cristaldo, padre e hijo, son compañeros de equipo en Ciclón de Tarija, que aspira a volver a la Liga. Luis Héctor, que en agosto cumplirá 39 años, juega de volante de contención por la izquierda y su hijo, que el miércoles cumplió 18, tiene la misma función por la derecha. Con un físico muy parecido, a pesar de los años de diferencia entre uno y otro, la garra es el común denominador entre ambos. “Me dice que vaya con fuerza y que no tenga miedo, que no regale nada en la cancha y que un error mío puede costar un partido”, comenta Michael, que al terminar sus estudios secundarios en Argentina decidió retornar a Bolivia en busca de su consagración, como su padre, cuando debutó en Oriente.
“Él se ganó el puesto solo, no por el hecho de estar yo o ser hijo mío es titular en el equipo”, aclaró Luis Héctor, a propósito de la titularidad que su vástago logró rápidamente en el plantel que dirige el ex delantero argentino Gustavo Romanello, que jugó en Oriente.
Ciclón es serio candidato al título del fútbol tarijeño a escasas tres fechas para el final de la primera fase del torneo, con 35 puntos, al igual que Real Charcas de Yacuiba. El ganador del sistema todos contra todos se clasificará directo para jugar la Copa Simón Bolívar. Después vendrá una liguilla final por el título entre los primeros seis equipos de entre diez participantes.
Los Cristaldo le están poniendo el hombro, el uno con experiencia y el otro con juventud, a un equipo que busca su ansiado retorno a la Liga desde su descenso en 1995 (el mismo año que Blooming bajó a la ACF). Ambos son titulares inamovibles en Ciclón y apuntan a jugar juntos en el profesionalismo si logran el ascenso. “En la cancha no hay papito ni hijito, ahí dentro somos dos compañeros de equipo y el trato es como a los demás”, contó Luis Héctor, indicando que una llamada de atención o un carajazo, en el peor de los casos, es para hacerlo despertar y no para bajarle la moral. “Él me conoce, sabe que a mí me gusta ganar siempre”, sostiene.
Luis Héctor admite que tiene cuerda para un par de años más y espera disfrutarlo jugando al lado de su hijo. “Mi sueño es salir campeón con Ciclón en Tarija, ascender a la Liga en 2009 y despedirme a medio año jugando al lado de mi hijo. Yo no quiero un partido de despedida, simplemente irme tranquilo con la frente en alto y con el deber cumplido, nada más”. Mientras llega ese momento, se entrena sin mezquindades a la par de sus compañeros y esperando en el tiempo que le queda de fútbol para brindarle algo de su experiencia al que luego tomará la posta y llevará sobre sus hombros la responsabilidad de que el apellido Cristaldo se respete y perdure en el fútbol boliviano por un buen tiempo más. “Sueño con muchas cosas, pero primero quiero ser campeón con Ciclón y jugando al lado de mi padre”, recalcó Michael, que aspira a jugar en la selección nacional y en Europa.
Tiro libre
Un jugador de garra
Luis Héctor Cristaldo se destaca por su entrega. Se inició en la Tahuichi y de ahí saltó al profesionalismo, en Oriente. También jugó en Sporting de Gijón, Mandiyú, Cerro Porteño, Bolívar y The Strongest.
Premio mayor 2003
Gracias a su buena actuación jugando para The Strongest, siendo figura y capitán de ese equipo en 2003, Luis Héctor fue elegido, por la prensa nacional, como el ganador del Premio Mayor que entrega todos los años este diario.
No quiere despedida
Dice que cuando decida irse, lo hará en silencio, con la frente en alto y su conciencia en paz.