El incumplimiento regular a las reglas de juego y la poca calidad y capacidad demostrada en los partidos de los campeonatos de la Asociación de Fútbol de La Paz (AFLP) son el común denominador en materia de arbitraje.
Esto no es nuevo, ya van años que los árbitros no han evolucionado en su comportamiento, siguen soberbios a la hora de sancionar faltas insultando a los jugadores a quienes provocan para tener una respuesta inadecuada a fin de deshacerse (expulsarlos) de alguno de los que parecen “fichados” y como no son contentados en sus apetitos de venganza hacen una persecución maldita que finaliza en quejas y reproches nada gratos.
Eso ocurrió con el árbitro Fernando Escobar que dirigió el partido Always Ready contra Universitario por la categoría Primera “B” que desde que comenzó el partido buscó protagonismo al fastidiar y amenazar a los jugadores y a los dirigentes, y no contento con ese atrevimiento dirigió fuera de reglamento porque solamente recibió la colaboración de un asistente y sin cuarto árbitro como dictan las normas, lo que por ende esta nulo el compromiso. La excusa fue que “ya van a llegar” y cuando estaba a minutos de finalizar el cotejo se incorporó el segundo asistente.
En varias ocasiones jugadores y dirigentes del Club Always Ready con el debido respeto le pidieron que dirigiera el cotejo ajustado a las reglas pero en respuesta recibieron insultos y amenazas de expulsión.
Asimismo, se comentó la actitud tendría que ver con alguna bronca personal en contra de algunos jugadores y miembros del directorio del Club Always Ready porque estos incidentes ingratos no son de ahora, sino desde hacer rato.
Además que su parcialidad con el equipo de Universitario sería porque es profesor de la UMSA, además de haber sido por años jugador del cuadro de la casa superior de estudios.
Por estas causas, lo mínimo que debería hacer el Colegio de Árbitros de la AFLP es sancionar al árbitro Escobar y si es posible borrarlo de sus listas porque con estos antecedentes no se estaría impartiendo justicia dentro el campo de juego que es “un deber” de los árbitros.
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