El refundador e hincha número uno del equipo albiceleste recuerda los años dorados del club y los sentimientos que hay detrás del fútbol
Oscar Orlando Rocha Tarifa, más conocido como “Tajarora”, es destacado por ser el hincha número uno del club Ciclón. La gente lo recuerda cuando llegaba al estadio con su barra y sus banderas para alentar al equipo de sus amores, mientras disputaba partidos en la liga del fútbol profesional. Todos lo reconocían como un personaje tarijeño que no se perdía un partido y constantemente gritaba desde las tribunas para alentar a la albiceleste.
Su casa está ubicada frente al parque Bolívar y se lo puede reconocer fácilmente porque está adornada y pintada con los colores del equipo panoseño. Durante su vida se dedicó a la carpintería, pero también a la dirigencia en el fútbol.
El apodo lo heredó de sus hermanos mayores en el colegio San Luís. Comentó que su hermano mayor tenía la manía de apretar fuerte el lápiz cuando escribía, y siempre rompía la punta. Por lo tanto, todo el rato pedía prestado el tajador, pero no pronunciaba bien la palabra y decía “préstame la tajarora”. Desde entonces, le apodaron “Tajarora”, su segundo y tercer hermano también heredaron el apodo y cuando Oscar llegó al colegio, también le pusieron el sobrenombre. Como era el menor, se quedó para siempre con él.
En la actualidad tiene 75 años de edad. Se dedica a elaborar almanaques y trata de dar sugerencias a los nuevos dirigentes del club, pero pocos le hacen caso. De todas maneras, siempre está predispuesto a recibir visitas de la gente para hablar de fútbol y de la historia del club, a pesar que tiene problemas en los cartílagos de sus rodillas y tiene que caminar con muletas.
“El club Ciclón tiene una historia grandiosa. Hubo una época de oro con cinco años consecutivos de campeón en la segunda de ascenso, luego cinco años discontinuos de copas especiales, otros cinco campeonatos de barrios. Si bien en el profesionalismo no ganamos nada pero se recuerdan hermosos partidos que hicieron vibrar a la gente”, comentó.
A “Tajarora” le emociona hablar de la historia de Ciclón, e inició su relato recordando que él empezó a jugar fútbol a sus 13 años en el club Busch, donde llegó a ser presidente. Luego fundaron el club deportivo Bolívar en 1965. Del mismo modo, en el barrio Fátima se fundó el club Simón Bolívar de Villa Fátima, allí había una pugna por el nombre. En esa época Ciclón no existía porque descendió, después de su época de oro.
Ciclón fue fundado en 1951, pero desapareció 13 años a partir del 1965, justo cuando nace el club Bolívar. Los dirigentes de Ciclón de aquella época querían recuperar los trofeos ganados en la era de oro, pero no podían porque el club estaba disuelto y había perdido su afiliación.
Ciclón no podía volver con el mismo nombre y sus dirigentes buscaron a “Tajarora” para recuperar los trofeos, pero negó esa posibilidad argumentando que pertenecía a otro club. Sin embargo, sugirió anexar el club Bolívar a Ciclón con la finalidad de recuperar los trofeos. Después de las solicitudes desde 1966 se llamó el club Bolívar Ciclón e iniciaron un juicio para recuperar los trofeos. Éstos fueron entregados a “Tajarora” para que los tenga en custodia.
Mientras tanto, el club Simón Bolívar continuaba en la lógica de reclamar por el nombre y sugería eliminar el club Bolívar Ciclón. Entonces para evitar problemas quitaron el nombre Bolívar y en 1968 se quedaron con Ciclón de La Pampa, a través de las gestiones realizadas por “Tajarora”.
“A mi solamente me reconocen como el hincha número uno, pero en realidad soy el refundador del club porque se anexó Bolívar y Ciclón. A partir de allí recién empecé a tener cariño al club”, apuntó.
Luego se hicieron cargo del club Alberto Mendieta y Abel Zapata hasta 1972. Al ver que no ascendía el club, nuevamente se hizo cargo “Tajarora”. Su meta en ese entonces era que Ciclón suba a primera división a partir de 1975, y logró su objetivo. Luego dejó la dirigencia en manos de Guillermo Ruiz, aunque solicitó ayuda económica de Ariel Tolay porque se tenía que pagar la participación en la primera división de Tarija, y “Tajarora”, en agradecimiento, lo nombró presidente honorífico en 1978. En ese entonces, Ciclón reunió a los mejores jugadores de los barrios, pero descendió ese mismo año.
Luego se nombró a Ariel Tolay como presidente en la casa del padre de “Nano” Salinas, que antes pertenecía a Jorge Paz Galarza, dónde irónicamente se fundó el club Ciclón. Con él nuevamente ascendió el club a primera división el año 1979.
Posteriormente, en 1983, “Tajarora” estaba de secretario de deportes del club Ciclón, y junto con el presidente Roberto Gaite solicitaron un cupo en la Liga del Fútbol Profesional de Bolivia. La petición fue aceptada. Los tarijeños tenían que definir el equipo representante y los dirigentes determinaron que el campeón del siguiente año sería el representante de Tarija en la liga el profesional.
El campeonato fue ganado por Deportivo Alas, el subcampeón fue Senac y el tercer puesto lo ocupó Ciclón. Sin embargo, Alas y Senac rechazaron el ascenso por falta de recursos económicos. Entonces “Tajarora” solicitó que Ciclón represente a Tarija. Todos los dirigentes se quedaron mudos en ese momento. Entonces se cumplió el famoso dicho “el silencio otorga”. Nuevamente se pidió ayuda económica a Ariel Tolay y en 1985 Ciclón ascendió a la Liga Profesional de Fútbol. Fueron once años en el fútbol profesional, pero el club descendió en 1995. A pesar de eso, el club continuó luchando y consiguió siete campeonatos locales.
Cuando descendió Ciclón “Tajarora” sintió pena, porque según él la ambición de sus dirigentes por ganar dinero generó esa caída del club. Recordó que ese año se trajeron dos equipos de Argentina, pero no recuperaron la inversión, por lo tanto la iniciativa trajo deudas al club y nadie colaboró a Ciclón.
Recordó que el último partido jugó con Blooming de Santa Cruz, ambos equipos salieron últimos. El partido quedó empatado y fueron a la ronda de penales. Después de que los diez jugadores ejecutaron su penal, llegó el turno de los dos arqueros, y allí falló el de Ciclón.
“El Club Ciclón nació conmigo y lo considero como si fuera mi primer hijo, porque conmigo renació y aprendí a quererlo. Yo canté siempre la cueca del equipo junto a mis amigos y ahora la barra no lo canta. La gente nueva del club se olvida de la gente vieja que refundó el club”, mencionó.
Comentó que hubo ocasiones en que para sostener el club sacaban sus gorras en las tribunas para pedir limosna y comprar un juego de camisetas.
“Ciclón no tenía ingresos y yo tenía que hacer de gitano para conseguir dinero y sacar campeón al club. El destino es cruel y no se recuerda a las personas que trabajaron en Ciclón”, afirmó.
Otro momento memorable que recuerda “Tajarora” fue cuando Ciclón ganó el primer campeonato de la segunda de ascenso. Allí se fundó la barra junto a Leonel Clavel, es el primer guitarrista de los Embajadores del Guadalquivir, también con el “carcancho” Ledezma, Gallardo y sus hermanos. Todos consiguieron un bombo y un parlante.
“Yo estaba adelante con el bombo y me caí a un hoyo, pero el bombo rodó por delante de la barra. Luego mientras Ciclón estaba en la liga la barra seguía, y todos cantaban y gritaban. No insultábamos a los jugadores como ahora lo hacen”, sostuvo.
Según “Tajarora”, hace 10 años que el club Ciclón no llega al fútbol profesional porque hay muchos intereses personales de los dirigentes. Mayormente buscan un peldaño para ser reconocidos políticamente o ganar dinero, pero no lo hacen de corazón, como antes se hacía.
DESTACADO: “El Club Ciclón nació conmigo y lo considero como si fuera mi primer hijo porque conmigo renació y aprendí a quererlo. Yo canté siempre la cueca del equipo junto a mis amigos y ahora la barra no la canta. La gente nueva del club se olvida de la gente vieja que refundó el club”.
(RECUADRO)
CUECA DE CICLÓN
Ciclón Ciclón
Blanco y celeste yo la vi pasar
Por el barrio la Pampa
Los colores del campeón
Siempre caballeroso al perder o ganar
Por eso muchachos cantemos
Por el club más popular
Ciclón Ciclón
Tú eres campeón
Blanco y celeste mi corazón.
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