En más de 30 años, el nivel competitivo de la Liga Deportiva de fútbol Juana Azurduy de Padilla tuvo un paulatino crecimiento, por lo cual, ahora, la cancha del barrio del mismo nombre reúne todos los fines de semana a jugadores con amplia trayectoria, un condimento especial para los aficionados.
Desde 1978, cuando la Liga fue creada, los encuentros se realizaron detrás del Aeropuerto Juana Azurduy de Padilla, sector conocido actualmente como el barrio Villa Marlecita; también se disputaron en la zona de Karapunku, donde ahora se encuentran las oficinas de Coca Cola, según comentó uno de los fundadores, Filomeno Solíz.
En los primeros años, el torneo estuvo formado por 32 equipos, divididos en cuatro series. Cada elenco se vestía con ponchillos, que ahora ya no se utilizan, puesto que los jugadores y dirigentes invierten en indumentaria más apropiada, por lo que en los partidos se puede ver camisetas del Barcelona, Real Madrid, hasta de Universitario, entre otros clubes del fútbol extranjero.
Con el paso de las temporadas, la Liga incluyó a más equipos y a raíz de ello, en el campeonato actual juegan 43 conjuntos: 16 en la categoría “A” y 27 en la “B”, emparejados en cuatro grupos.
Además del incremento del número de clubes, también la dirigencia dispuso que los partidos se jueguen en las canchas de la zona de Lajastambo, el Batallón V de Ingeniería y en el sector de Alegría, donde cada fin de semana se viven jornadas intensas de fútbol.
La temporada se divide en tres campeonatos, el Apertura comienza en febrero y termina en julio, mientras que el Clausura inicia en agosto y culmina en diciembre; finalmente, el último torneo se desarrolla en enero, el denominado Certamen de Verano, en el que juegan los mejores clasificados de las dos categorías.
De acuerdo con los datos brindados por antiguos y actuales dirigentes, la Liga, desde su fundación, tuvo entre sus equipos sólo a jugadores de los diferentes barrios. No obstante, con el transcurrir los años se pudo constatar la participación de jugadores de la Primera “A” de la ACHF y de jugadores extranjeros, como panameños, colombianos e incluso europeos, ubicando al certamen en un nivel muy competitivo.
El aporte de futbolistas experimentados dio su fruto el año pasado, cuando el Club Atlético El Rollo (CAR) se coronó campeón de la categoría “A”, al igual que lo hizo Boavista en la “B”. En el segundo lugar se ubicaron Cajamarca y Atlético Cóndor.
LOS CAMPEONES
La base de CAR, campeón de 2015, está formada principalmente por jugadores de la Primera “A”, entre ellos futbolistas que también militan en Junín y San Francisco; por lo cual es uno de los candidatos a revalidar el título.
El buen momento de CAR no sólo pasa por el nivel de los futbolistas, sino también por el trabajo de los dirigentes, que año tras año dieron mayor atención a los clubes.
Todo lo contrario pasa con el último campeón de la categoría “B”, Boavista, cuyo equipo que logró el primer lugar en 2015, ahora está a “media máquina”, debido a que varios de sus jugadores decidieron jugar en otros campeonatos.
Además de los defensores del título, la Liga cuenta con equipos reforzados, lo cual brinda un espectáculo diferente en comparación con los campeonatos de los anteriores años. Este aspecto también se evidencia en la presencia de los aficionados cada fin de semana.
EL ESCENARIO
A pesar de la mejoría en el nivel competitivo, el escenario de la Liga Juana Azurduy no cuenta con las características óptimas –se sigue jugando en canchas de tierra– para el desenvolvimiento de los futbolistas.
La cancha actual presenta pésimas condiciones para un buen desarrollo de los partidos, debido a que los arcos tienen una dirección de este a oeste, aspecto que dificulta a la visibilidad de los jugadores, ya que estos tienen que jugar de frente al sol.
Por tanto, el dirigente Filomeno Soliz pidió a las autoridades dar una solución a este problema. “Pido a las autoridades que cambien la posición de la cancha volviéndola a su estado anterior, es incómodo jugar en esa posición”, comentó.
Respecto a la superficie, el actual presidente de la Liga, Richard Zurita, comentó que existe el temor de que si colocan césped natural o sintético a la cancha, esta podría también ser cerrada. Esta alternativa, para el dirigente, no sería la más conveniente porque privaría a los vecinos de tener un campo disponible y gratuito.
Sin embargo, Zurita también adelantó que para los próximos meses se pretende cambiar el drenaje de las canchas de tierra para evitar que, en la época de lluvias, el terreno sea inundado de lodo.
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