viernes, 4 de diciembre de 2009

GUABIRA Un campeón en mesa


Tarija / El Deber.- Minuto 90 del partido: Ciclón gana por 3-2, y para “enfriar” ingresa el delantero argentino Leonardo Palombizio en reemplazo del nacional John Arnold Tito. Con ese apretado resultado, el equipo tarijeño estaba forzando a un tercer cotejo en Cochabamba para definir al campeón de la Copa Simón Bolívar. De pronto, sin que nadie se explicara, los jugadores suplentes de Guabirá comenzaron a festejar con el partido aún en su fase más caliente.

En un momento de desesperación y sin darse cuenta (tampoco nadie de sus colaboradores le hizo notar), el entrenador de Ciclón, Mario Rolando Ortega, había cometido el grave error de sacar a un jugador nacional y meter en su lugar a un quinto extranjero (el reglamento dice que sólo pueden ingresar cuatro).

El árbitro, Iván Gamboa, tampoco entendía lo que pasaba en el banquillo visitante, mientras se iba consumiendo el último minuto de los dos que adicionó (mínimo tenían que haber sido cuatro). Cuando el juez cochabambino levantó los brazos señalando el final, los jugadores del equipo norteño ya estaban fundidos en un abrazo festejando el título por anticipado. Ese letal error le costó el puesto inmediato al técnico y a su ayudante de campo (que es su hermano) y automáticamente el “rojo” se declaraba campeón por una reglamentación.

De nada sirvieron los goles convertidos por John Arnold Tito y Gonzalo Acosta, este último en dos ocasiones. Un mal cambio lo echó todo por la borda. Freddy Chispas, con un golazo de tiro libre, y después Delio Ojeda, con un certero golpe de cabeza, le pusieron una dosis de emoción al partido en los minutos finales, con Ciclón metido en su propio arco y Guabirá jugando como si fuese local durante todo el segundo tiempo, porque el primero fue del dueño de casa.

Futbolísticamente, el dueño de casa fue una aplanadora al inicio y un manojo de nervios en el complemento, porque Guabirá mejoró progresivamente su juego con el ingreso de Getulio Vaca Díez, y lo afinó mucho más cuando el DT José Peña acertadamente le echó manos a la experiencia de Danny Callaú. Entre los dos pusieron literalmente de cabeza a la defensa de un Ciclón que terminó con el corazón herido.

El equipo tarijeño, si aprovechaba las innumerables oportunidades de gol que desperdició, podía haber liquidado el partido en los primeros 45 minutos. Guabirá no encontraba el rumbo ni aparecían las ideas. A pesar de ello, el equipo siguió de pie y dando batalla, sin respiro.

Lo futbolístico pasó a un segundo plano cuando acabó el partido. El capitán de Ciclón, Edson Zenteno, corría de un lado para otro tratando de encontrar una explicación en medio de la confusión. El error estaba consumado. Ortega comenzaba a golpearse el pecho y a buscar culpables que lo acompañaran al paredón, mientras de la tribuna de preferencia empezaban a bajar botellas mezcladas con duros insultos, a medida que los hinchas se ponían al tanto de la “metida de pata” del cuerpo técnico.

Ciclón empezó jugando con tres extranjeros: Arístides Núñez (paraguayo), Fernando Algarañaz (argentino) y Gonzalo Acosta (argentino). A los 83’ ingresó Iván Zerda por Vladimir Compa. Y a los 90’, lo anotado, Palombizio reemplazó a Tito, y el triunfo se convirtió en derrota.

El presidente del club, Hugo Buezo, que antes del partido se mostraba amable con todos y predestinaba una goleada de su equipo frente a un rival al que le había restado méritos por su triunfo en Montero, al final se dejó arrastrar por la impotencia y sin poder encontrar un buen respaldo para intentar salvar a su equipo de una derrota en mesa inevitable y finalmente consumada.

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