Dos fueron los grandes momentos que vivió Destroyers en su andadura de más de medio siglo por el fútbol y que todavía perduran en el recuerdo de quienes fueron protagonistas y de sus hinchas. Promediando la década de los 60 del siglo pasado, el popular equipo de la Máquina Vieja se convirtió en el primer campeón de la ACF cuando el ente matriz del balompié cruceño empezó su incursión en el profesionalismo.
A la conquista de 1965 siguió el doblete concretado el año siguiente y los ‘canarios’ estuvieron cerca del ‘tri’ en 1967. “Teníamos un equipo muy luchador, rápido y efectivo. La hinchada nos exigía meter goles de entrada’, evoca Juan Medina, un notable marcador central paraguayo que terminó echando raíces y formando familia en Santa Cruz. Del bicampeón, Medina recuerda al talentoso ‘Tito’ Melgar y a los veloces punteros ‘Chiqui’ Herrera y Melitón Rosales, mientras que Mario ‘Zorro’ Paz, Alejandro Ardaya, el paraguayo Dionisio Amarilla y los brasileños Gerson y Ramón de Almeida se encargaban de la cuota de gol.
Ya en la Liga, Destroyers, con un ‘equipazo’ del que surgió el ‘trío de oro’ conformado por Marco Antonio Etcheverry, Erwin Sánchez y Mauricio Ramos, llegó consecutivamente a las finales de 1988 y 1989 frente a The Strongest y Oriente. “Nos faltó la frutilla para el postre. Destroyers tendría que haber coronado con el título esas dos grandes temporadas que cumplió”, dijo en contacto telefónico desde Chicago (EEUU) Erwin Sánchez, a quien su paso por el ‘canario’ le abrió las puertas al profesionalismo y le permitió aprender mucho de figuras de la talla del ‘Loco’ Trucco, ‘Pollo’ Beccerica, ‘Ruso’ Navarro, Fernando Reveliz, Miguel Aguilar y Raúl Baldessari, y de la conducción técnica del peruano Moisés Barack y de Eduardo Guilarte.
“Fue lo máximo jugar en ese equipo junto a grandes futbolistas. El club sufría muchos problemas económicos y nosotros teníamos que ganar para cobrar. Con gran esfuerzo llegamos a dos finales, pero el campeonato se nos fue”, apostilló Marco Etcheverry, que en Destroyers empezó a mostrar la madera de que estaba hecho, antes de alcanzar la consagración con su juego endiablado.
El entusiasmo mueve el festejo
Los 62 años de Destroyers serán celebrados esta noche, desde las 20:00, en el céntrico Club Social, donde incluso se espera la presencia del gobernador Rubén Costas y del alcalde municipal Percy Fernández, que tienen sus preferencias futbolísticas inclinadas por el equipo de la Máquina Vieja.
“Hay mucho entusiasmo por el festejo y el reencuentro de la gran familia destroyista”, dijo Sonia Vaca, secretaria de Relaciones de la barra del equipo, que organiza los actos y que viene de una familia de tradición destroyista. “Mi padre (Alfredo Vaca) fue tesorero en la gestión de don Alejandro Carrasco y mi madre (Susana Vaca) fue reconocida por su trabajo en favor del club, junto a doña Claudina Parada”, cuenta Sonia, que recuerda el bicampeonato “con mucha emoción” y el paquete de cigarrillos que después de cada partido ganado su progenitor le regalaba al brasileño Gerson.
“Es un sentimiento de casi toda mi familia. En Destroyers hice carrera como dirigente”, dice Dante Parada, que presidió el club en 1989, mientras que otro ex presidente, Wálter Castedo (1989-1990), admite que se le eriza la piel hablar de Destroyers y que el club necesita el apoyo de todos sus hinchas y simpatizantes para recuperar cuanto antes el sitial y el protagonismo que su historia reclaman.
El canario, sentimiento que perdura
Bismarck Kreidler / Periodista
Hace 62 años, un grupo de amigos y apasionados por el fútbol se reunieron para dar nacimiento a un club, que se llamó Destroyers. La película El Destructor, que había pasado por las pantallas de Santa Cruz, fue la idea-fuerza que se impuso para impactar más a la muchachada del barrio El Arenal, encabezados por el médico Ricardo Kuramoto, su primer presidente, además de Pedro Rivero, los Daza, los Carrasco y otros de la época, que impulsaron este proyecto con la promesa de ser campeones.
En pocos años, Destroyers se convirtió en la fuerza futbolística de mayor poderío en la Asociación Cruceña de Fútbol y se lo llamó el equipo de la Máquina Vieja, por el barrio donde estaba la cancha que utilizaba para sus entrenamientos diarios (hoy cancha Municipal).
Con el esfuerzo de dirigentes hechos en las lides del fútbol amateur, pero pensando en lo grande, Destroyers fue el primer campeón profesional de la ACF en 1965 y repitió al año siguiente para formar el clásico de la época con Blooming, cuando Oriente Petrolero no había surgido en el fútbol local.
También le endilgaron el mote de los ‘cuchuquis’ a los destroyistas, pues era un equipo de barrio y representaba el sentimiento popular cruceño, con figuras que marcaron la diferencia, como ‘Chiqui’ Herrera, Melitón Rosales, ‘Tito’ Melgar, los paraguayos Juan Medina y Cándido Dionisio Amarilla y el brasileño Gerson.
Como si ello fuera poco, Destroyers fue la cuna del maestro Erwin ‘Chichi’ Romero, que se convirtió en los años 70 y 80 en la figura de excepción del fútbol nacional. Después brilló con la casaca amarilla y negra el trío de oro: Marco Antonio Etcheverry, Mauricio Ramos y Erwin ‘Platiní’ Sánchez, que aportaron la calidad futbolística de los grandes.
Pese a los avatares y a los momentos difíciles, Destroyers sigue siendo un referente histórico del fútbol cruceño, porque nació para ser grande.
A la conquista de 1965 siguió el doblete concretado el año siguiente y los ‘canarios’ estuvieron cerca del ‘tri’ en 1967. “Teníamos un equipo muy luchador, rápido y efectivo. La hinchada nos exigía meter goles de entrada’, evoca Juan Medina, un notable marcador central paraguayo que terminó echando raíces y formando familia en Santa Cruz. Del bicampeón, Medina recuerda al talentoso ‘Tito’ Melgar y a los veloces punteros ‘Chiqui’ Herrera y Melitón Rosales, mientras que Mario ‘Zorro’ Paz, Alejandro Ardaya, el paraguayo Dionisio Amarilla y los brasileños Gerson y Ramón de Almeida se encargaban de la cuota de gol.
Ya en la Liga, Destroyers, con un ‘equipazo’ del que surgió el ‘trío de oro’ conformado por Marco Antonio Etcheverry, Erwin Sánchez y Mauricio Ramos, llegó consecutivamente a las finales de 1988 y 1989 frente a The Strongest y Oriente. “Nos faltó la frutilla para el postre. Destroyers tendría que haber coronado con el título esas dos grandes temporadas que cumplió”, dijo en contacto telefónico desde Chicago (EEUU) Erwin Sánchez, a quien su paso por el ‘canario’ le abrió las puertas al profesionalismo y le permitió aprender mucho de figuras de la talla del ‘Loco’ Trucco, ‘Pollo’ Beccerica, ‘Ruso’ Navarro, Fernando Reveliz, Miguel Aguilar y Raúl Baldessari, y de la conducción técnica del peruano Moisés Barack y de Eduardo Guilarte.
“Fue lo máximo jugar en ese equipo junto a grandes futbolistas. El club sufría muchos problemas económicos y nosotros teníamos que ganar para cobrar. Con gran esfuerzo llegamos a dos finales, pero el campeonato se nos fue”, apostilló Marco Etcheverry, que en Destroyers empezó a mostrar la madera de que estaba hecho, antes de alcanzar la consagración con su juego endiablado.
El entusiasmo mueve el festejo
Los 62 años de Destroyers serán celebrados esta noche, desde las 20:00, en el céntrico Club Social, donde incluso se espera la presencia del gobernador Rubén Costas y del alcalde municipal Percy Fernández, que tienen sus preferencias futbolísticas inclinadas por el equipo de la Máquina Vieja.
“Hay mucho entusiasmo por el festejo y el reencuentro de la gran familia destroyista”, dijo Sonia Vaca, secretaria de Relaciones de la barra del equipo, que organiza los actos y que viene de una familia de tradición destroyista. “Mi padre (Alfredo Vaca) fue tesorero en la gestión de don Alejandro Carrasco y mi madre (Susana Vaca) fue reconocida por su trabajo en favor del club, junto a doña Claudina Parada”, cuenta Sonia, que recuerda el bicampeonato “con mucha emoción” y el paquete de cigarrillos que después de cada partido ganado su progenitor le regalaba al brasileño Gerson.
“Es un sentimiento de casi toda mi familia. En Destroyers hice carrera como dirigente”, dice Dante Parada, que presidió el club en 1989, mientras que otro ex presidente, Wálter Castedo (1989-1990), admite que se le eriza la piel hablar de Destroyers y que el club necesita el apoyo de todos sus hinchas y simpatizantes para recuperar cuanto antes el sitial y el protagonismo que su historia reclaman.
El canario, sentimiento que perdura
Bismarck Kreidler / Periodista
Hace 62 años, un grupo de amigos y apasionados por el fútbol se reunieron para dar nacimiento a un club, que se llamó Destroyers. La película El Destructor, que había pasado por las pantallas de Santa Cruz, fue la idea-fuerza que se impuso para impactar más a la muchachada del barrio El Arenal, encabezados por el médico Ricardo Kuramoto, su primer presidente, además de Pedro Rivero, los Daza, los Carrasco y otros de la época, que impulsaron este proyecto con la promesa de ser campeones.
En pocos años, Destroyers se convirtió en la fuerza futbolística de mayor poderío en la Asociación Cruceña de Fútbol y se lo llamó el equipo de la Máquina Vieja, por el barrio donde estaba la cancha que utilizaba para sus entrenamientos diarios (hoy cancha Municipal).
Con el esfuerzo de dirigentes hechos en las lides del fútbol amateur, pero pensando en lo grande, Destroyers fue el primer campeón profesional de la ACF en 1965 y repitió al año siguiente para formar el clásico de la época con Blooming, cuando Oriente Petrolero no había surgido en el fútbol local.
También le endilgaron el mote de los ‘cuchuquis’ a los destroyistas, pues era un equipo de barrio y representaba el sentimiento popular cruceño, con figuras que marcaron la diferencia, como ‘Chiqui’ Herrera, Melitón Rosales, ‘Tito’ Melgar, los paraguayos Juan Medina y Cándido Dionisio Amarilla y el brasileño Gerson.
Como si ello fuera poco, Destroyers fue la cuna del maestro Erwin ‘Chichi’ Romero, que se convirtió en los años 70 y 80 en la figura de excepción del fútbol nacional. Después brilló con la casaca amarilla y negra el trío de oro: Marco Antonio Etcheverry, Mauricio Ramos y Erwin ‘Platiní’ Sánchez, que aportaron la calidad futbolística de los grandes.
Pese a los avatares y a los momentos difíciles, Destroyers sigue siendo un referente histórico del fútbol cruceño, porque nació para ser grande.
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