El martes 24 de septiembre de 1968, el dirigente deportivo alemán Enrique Happ Krell (1932-1997) fundó una de las más grandes escuelas deportivas que brindó alegrías no solamente al balompié valluno, sino también al fútbol nacional.
Su vocación formadora se tradujo en la Escuela Enrique Happ, mientras que el club Enrique Happ fue la representación genuina del proyecto en la Asociación de Fútbol Cochabamba (AFC).
Formadora de talentos, la escuela Enrique Happ fue, sin duda alguna, el semillero del fútbol cochabambino. Cientos de jugadores engrosaron las filas de los clubes profesionales y de asociación, además que una gran cantidad de ellos vistió los colores de la Selección Nacional.
UNA FAMILIA
A pesar de los años y el estancamiento del proyecto tras el deceso de don Enrique, la familia del Tricolor aún sigue unida en torno a ese grandioso legado.
Y es que de todos aquellos niños y jóvenes que se formaron en la escuela Happ, muchos llegaron a jugar a nivel profesional; mientras, otro gran grupo continuó su camino en los estudios universitarios. “No todos fueron futbolistas, pero sí hombres de bien”, recordó William Ramallo, el goleador valluno que se formó en la escuela.
Al igual que Ramallo, son innumerables los jugadores que se formaron: Marco Antonio Sandy, Eduardo Terrazas, Jhonny Villarroel Delgadillo, Jhonny Villarroel Fernández, Eduardo y Óscar Villegas, Tito Montaño, Jorge Camacho, Henry Mercado, Eloy Vargas, Edwin Guarayo, Willian Troncoso, Marcelo Carballo entre otros, además de los aún vigentes Diego Blanco (Ciclón), Didí Torrico (Blooming), Jair Torrico (The Strongest) y Ronald Eguino (Bolívar), por citar algunos nombres.
Este semillero aportó y mucho con selecciones nacionales. El claro ejemplo está con la Selección Nacional clasificada al Mundial Estados Unidos 1994, con la presencia de jugadores formados en Happ.
La escuela y el club tuvieron amplio protagonismo hasta 1997, año de la muerte de don Enrique. A pesar de que muchos exjugadores y dirigentes intentaron continuar el mismo camino, Enrique Happ entró en debacle. Hoy sólo queda el equipo que ahora representa al municipio de Shinahota.
Un segundo padre
Para una gran cantidad de niños y jóvenes, Enrique Happ Krell fue como un segundo padre. Al ser muchos de ellos de escasos recursos económicos, don Enrique entregó becas deportivas e incentivó la práctica deportiva.
Nunca olvidaba cumpleaños y siempre pensó en la alimentación de los jugadores. Como él, pocos hicieron una verdadera labor formativa.
Hoy en día, el fútbol de Cochabamba aún recuerda esos grandes momentos de gloria. Aquel campeonato conseguido en Paraguay, en 1973, fue el primero de una gran seguidilla de éxitos.
El sueño de Enrique Happ Krell sigue vigente siempre en el corazón de todos los que lo conocieron.
47 años
Tiene el club Enrique Happ, fundado por el insigne Enrique Happ Krell (+), quien dedicó su vida al fomento del fútbol y la consolidación de una institución formadora de verdaderos talentos. Su muerte ocasionó que Cochabamba pierda su condición de semillero del balompié valluno.
OPINIONES
Marco Sandy. Exjugador
“Muy trascendental para mí”
“Yo jugué 10 años en Enrique Happ. Yo estoy muy agradecido por formar parte de una escuela tan importante de Cochabamba y del país. Pasé de Happ a Tembetary a mis 18 años durante seis meses. Fue trascendental e importante en mi vida. Antes que deportivamente, don Enrique daba formación humana”.
William Ramallo. Exjugador
“Fue como un segundo papá”
“Fue un segundo hogar y don Enrique Happ fue como un segundo papá. Conformó una institución, incluso mejor que los clubes ligueros. Nos puso buenos entrenadores e hicimos buenos entrenamientos. Nos daba suplementos alimenticios y nos uniformaba bien”.
Diego Blanco. Jugador de Ciclón
“Aprendí a jugar en E. Happ”
“Yo empecé a los 11 años en Enrique Happ. Yo no sabía jugar, fue el profesor José Maldonado el que me enseñó a jugar. Salí campeón de la Sub-12 y empecé a destacar como enganche. En un nacional jugado en Tarija me pusieron de central y me quedé en ese puesto. Ahí di el salto”.
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