“Libro Gol” es una fundación que ofrece a los niños de la zona sud un espacio para escapar por algunas horas de una realidad familiar, que en la mayoría de los casos es conflictiva, para superarse no sólo deportivamente, sino también salud y académicamente.
La fundación fue creada en diciembre de 2010, como una consolidación del proyecto de siete personas, quienes observaron y vivieron (porque son vecinos del barrio) por años la realidad de los niños en esa zona, llena de delincuencia, por lo que idearon un programa que les ofrezca un espacio diferente donde encontrar tal vez “una esperanza de vida”.
Los hermanos Camacho (Pedro, Rubén y Ernesto) y sus amigos Nelson Fernández, Nelson Torrico, Boris García y Jorge Garbizu, amantes del fútbol, planeaban en primera instancia la creación de una escuela de fútbol, pero la realidad de los niños del lugar los impulsó a ofrecer algo más a los niños y jóvenes que en su mayoría tenían problemas en su alimentación y malas notas en la escuela, motivo por el que se determinó crear la institución con un fin social.
“Tenemos muchos deportistas cuyos padres son divorciados, beben demasiado, son ladrones. Tienen un ritmo de vida bastante malo. Nosotros tratamos de hablar con los niños, de hacer que cambien su conducta, pero llegan al ambiente de su familia y es más de lo mismo. Hay varios chiquitos que no tienen las mínimas condiciones en sus casas, pero son muy buenos deportistas y pueden ser fácilmente rescatados”, cuenta uno de los fundadores de “Libro Gol”, Rubén Camacho.
“En realidad, lo que nos interesa es ofrecerles una esperanza de vida o un sentido de vivir, para que después, cuando cumplan 20 años, tengan mejores oportunidades en nuestra sociedad”, explicó.
Es así que ahora la fundación ofrece tres servicios a los más de 150 niños (desde los 4 años) y jóvenes (hasta los 15 años) que participan de “Libro Gol”.
La gerente del proyecto, Alicia Urey, cuenta que la fundación es la que se encarga de detectar a los niños que requieren de apoyo y se los invita a participar en las actividades deportivas y escolares.
La Escuela de Fútbol “Taquito y Gol”, que entrena en la cancha de césped sintético Olimpia, comenzó con un profesor del área y se les dotó de material deportivo. Los frutos se recogieron muy pronto, ya que se forjaron a nuevos talentos y que derivaron en la conformación de equipos para tomar parte de los torneos oficiales de la Asociación de Fútbol de Cochabamba (AFC).
Desde que inicio sus actividades en 2010 “Taquito y gol” son muchas las historias de superación personal que se registran en la fundación, desde niños que vienen de familias alcohólicas, explotación laboral, entre otras.
La familia Rodríguez es protagonista de uno de los capítulos de la historia de la fundación, puesto que sus integrantes son ahora cuidadores y porteros de la cancha Olimpia. La familia era inhaladora de clefa, el padre limpiaba parabrisas en las calles y la madre trabajaba lavando ropa o haciendo manillas para vender. Con tres hijos pequeños trataban de salir adelante, pero gracias a las gestiones de la fundación pudieron dejar ese vicio y conseguir trabajo con un sueldo seguro, que a su vez les otorga mejores condiciones de vida.
Otra historia que destaca es la del pequeño Hernán Colque, de nueve años, conocido por todos como el “Perucho”, que por su desempeño y esfuerzo fue nombrado como uno de los capitanes del equipo. Hernán proviene de una familia sumida en el consumo de alcohol, se entiende entonces que el niño no tiene atención en su casa. Pero en la fundación se siente parte de un equipo que lo quiere y le da todos los ánimos para superarse día a día. “Libro y Gol”, además de ofrecerles este espacio psicopedagógico y deportivo, les otorga material deportivo.
OPINIONES
Rubén Suárez
Fundador
Queremos brindar a los niños un lugar donde puedan encontrar una razón de vivir a través del deporte
Juan de Dios Orellana
14 años
“Tengo apoyo aquí”
Siempre me gustó jugar fútbol, entrenaba en canchas pequeñas, por aquí, por allá. Fue entonces que don Boris (García) me vio y me invitó a ser parte de la escuela. Me gusta mucho el cambio que he tenido en mi vida, porque tengo mucho apoyo aquí.
En mi casa también me apoyan ahora, aunque a veces no puedo venir porque tengo que ayudar a mi mamá, o piensan que vengo a perder el tiempo. Quiero llegar a ser como Messi o Neymar…tengo que esforzarme para lograrlo.
Jhefry López
15 años
“Empecé a mejorar”
Jugaba siempre campeonatos de futsala en varios torneos, me hice conocer, fue ahí donde don Boris (García) me vio y me dijo que me uniera a “Taquito y gol”. A un principio me parecía muy difícil porque había muchos jugadores buenos, pero cuando me di cuenta ya estaba empezando a mejorar mucho.
Aquí me ayudan mucho no sólo en el entrenamiento, sino también en lo psicológico, en mi educación. En mi familia también me apoyan, sobre todo mis tíos, ellos me dicen que debo trabajar mucho para ser un jugador como Messi.
Financiamiento del proyecto
La fundación requiere entre 70 a 80 mil bolivianos al año para desarrollar sus actividades. Los recursos provienen de aportes voluntarios de los siete creadores de la institución; aunque también tienen apoyo en material deportivo, escolar, etc., donaciones de ONG, es el caso de la entidad “Una para un hermano”, de Estados Unidos.
“Cada uno de los miembros del directorio (siete) aporta entre 500, 1.000 y 1.500 bolivianos, dependiendo de los ingresos que tenemos; no todos aportamos lo mismo, pero logramos reunir un monto mensual que nos permite pagar el sueldo de la gerente, los profesores y otros gastos. También tenemos voluntarios que nos colaboran. Otro ingreso que tiene la fundación es la escuela de fútbol, porque se cobra un monto mínimo, pero no a todos, siendo que casi el 80 por ciento de los niños están becados”, dijo Rubén Camacho.
Aunque no parezca, la fundación no entrena gratis en la cancha Olimpia, ya que debe pagar un monto mínimo de 1.000 bolivianos al mes, para colaborar con el mantenimiento del campo de juego.
Pese a que hasta la fecha el proyecto es solventado por los miembros del directorio, las necesidades son cada vez mayores, motivo por el que se requiere de hacer campañas para recaudar fondos, como la kermesse que se realizará el próximo 14 de septiembre.
Conseguir un lugar propio
La proyección a futuro es llegar a tener un lugar propio, con una cancha de fútbol donde pueda entrenar la escuela y el club. Pero además contar con un ambiente donde los niños puedan comer, incluso un lugar donde vivir.
Como objetivo a corto plazo se pretende ampliar la fundación. Según explicó Rubén Camacho, ya se tienen identificadas tres zonas donde funcionaría el proyecto con sus escuelas: en la zona Primero de Mayo, el Barrio Magisterio y Molle Molle.
Una vez que estas tres escuelas funcionen, se adquirirá una movilidad con el propósito de transportar a los mejores futbolistas al club “Taquito y gol” para que entrenen en la cancha Olimpia.
“Observamos que existe mucho potencial futbolístico en estas zonas. Lo que nos falta aún es un terreno donde instalar las escuelas, estamos buscando un comodato, para que después solventemos la infraestructura”, dijo Camacho.
Apoyo en educación y salud
La situación económica de muchas familias obliga a los padres a trabajar todo el día, por lo que no pueden dar el tiempo necesario a sus hijos para colaborarles en sus actividades escolares. Este hecho genera que la gran mayoría de los niños presenten bajo rendimiento académico y otros, incluso, lleguen a abandonar la escuela.
Fue por esta la razón que la fundación se animó a implementar la segunda fase del proyecto, donde los niños y jóvenes tienen el apoyo de educadoras que los guían en sus actividades escolares, haciendo incluso un seguimiento en sus respectivos colegios con la finalidad de determinar donde requieren mayor soporte.
La última fase en implementarse fue el área de salud, donde actualmente cuentan con la colaboración del doctor Saúl Gutiérrez, médico del Centro de Alto Rendimiento de Chile, quien ya atiende de forma gratuita a todos los niños y jóvenes de la fundación; sin embargo, su proyecto es efectuar en la ciudad una clínica deportiva, organizando un archivo de cada niño, para hacer un seguimiento en su salud. Asimismo, se contratará a una nutricionista para que evalúe su alimentación.