Sin nada por celebrar y con muchas observaciones hacia la actual dirigencia, la Asociación de Fútbol de Oruro (AFO) celebra un siglo de existencia siendo una de las entidades más añejas del fútbol a nivel nacional, pero también una de las entidades sumidas en un completo estado de abandono y dejadez que se trasunta no solo a los directivos, que se han prorrogado en sus cargos, sino a delegados de clubes que avalan esta situación.
El complejo deportivo de la zona de Cala Caja, el cual desde hace años atrás está abandonado y sin una conclusión optima, es una de las muestras más evidentes del panorama sombrío que atraviesa la AFO al cumplir 100 años desde aquella memorable jornada del 21 de julio de 1921, cuando personajes notables como René Rengel, Rafael Gutiérrez, Octavio Deheza, entre otros, creaban una de las primeras instituciones que aglutinaba a los clubes de fútbol que desde los años de 1890 ya tenían actividad en la región.
Y es que de un tiempo a esta parte, la AFO tuvo un retroceso enorme en cuanto a la parte dirigencial y organizativa de los torneos dentro de las diferentes categorías que se fueron patentando con una dirigencia que se ha prorrogado por más de tres años dentro de su mandato a vista y paciencia de dirigentes y delegados de clubes que poco o nada han hecho para cambiar este panorama.
La excusa perfecta fue el tema de la modificación de estatutos de la institución y adecuarlos a las exigencias federativas y de Conmebol, mismos estatutos que desde 1924 ya regían los designios de esta noble entidad luego de la visionaria acción de Luis Sierra Galvarro, Isaac Vélez, Adolfo Kellert, Víctor Merino, Jorge Rodríguez que elaboraron el primer documento normativo dentro de una entidad abocada al fútbol en Bolivia.
Hasta la fecha dichos estatutos modificados no fueron puestos en vigencia teniendo como argumento que el Covid-19 no dejó cumplir algunas actividades, extendiendo la gestión de René Huallata más allá de lo permisible y por lo tanto dejando en una debacle total al fútbol en Oruro que en esta jornada recuerda su centenario sin nada que celebrar en cuanto a temas de infraestructura, aspectos administrativos o aspectos deportivos que deberían resaltar a una de las entidades más antiguas del balompié boliviano.
Incluso el hecho de que horas antes de este 21 de julio, la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) prefiera hacer acuerdos con la ciudad de Cochabamba para mejorar la actividad futbolera en esa región se constituye en una “cachetada” para los orureños que tienen en su seno a la entidad que en su momento fue el pilar para la creación de la entidad federada, pero obviamente esto no es tanto culpa de los directivos de la FBF sino la falta de gestión de la dirigencia de la AFO que no pudo concretar acuerdos similares.
Se anticipó que para esta jornada se iba a tener un evento solemne recordando los 100 años de la AFO, pero la misma solo será de anuncios y no de hechos, redondeando el lema que dirigentes y autoridades solo “están para posar en la foto” y no tomar acciones concretas para levantar a una de las entidades más añejas del fútbol boliviano que hoy por hoy se debate en la falta de proyectos y apoyo en pos de mejorar el deporte, una mala organización de torneos poco competitivos y una dirigencia prorroguista que pretende seguir quedándose en la institución sin haber hecho algo de provecho por la AFO.
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