Soraide se negó incluso a presentar de manera oficial el informe que preparó con fotos y videos que registran la situación actual del principal escenario de la Asociación. A partir de ahí se originó un debate, con criterios que estuvieron apuntados a solicitar a la Alcaldía de Warnes, cuyo burgomaestre es Mario Cronenbold, que les entregue los planos de la estructura y el proyecto a diseño final, y de esa manera buscar una solución cuanto antes.
Noel Montaño, que funge como secretario general, se mostró partidario de aunar esfuerzos junto a la Alcaldía, con una reunión “más de proyección que de pelea”, para dar una solución definitiva a los problemas grandes que hoy tiene el estadio. “Es un tema solucionable; al final de cuentas creo que todos aquí queremos el bienestar del fútbol”, sostuvo. Rocabado, durante su intervención, fue por el mismo camino.
En un recorrido que hizo DIEZ por el estadio el lunes, se pudo evidenciar que el sistema eléctrico de la torre de la izquierda de preferencia ardió el 6 de agosto de 2017 y que en la zapata de la torre derecha se está formando un hoyo que corre el riesgo de ceder. Pero además, los cables que suben hasta las lámparas de las luminarias han permanecido bajo el agua y en algunos casos hasta han sido carcomidos por las ratas.
El cielo falso se está cayendo por las filtraciones de las graderías que retienen el agua y los vestuarios tienen lugares verdes tras esperar días a que el agua se disuelva. Se han encontrado víboras hasta en la cancha. En esa conversación -casi como una reunión oficial- hubo una autocrítica y un llamado de Soraide a la dirigencia para que visite el estadio con mayor frecuencia para ver el estado del escenario. “Eso permitirá una mejor conclusión”, dijo. Esta semana se insistirá por los planos o de lo contrario se asumirán otras medidas.
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