La victoria del cuadro de la Villa Primero de Mayo, se gestó en el primer tiempo con un gol de Jhon Sebastián Cabrera, culminando una brillante jugada colectiva, que bastó para quedarse con el triunfo y el título.
Mucha fuerza poca claridad. Puede que el campo de juego no haya contribuido para a que el partido no alcance el brillo que espera de dos equipos que disputaban el título.
Esto motivó que se juegue con mucha fuerza, con gran ímpetu pero casi nada de claridad y el partido era un ir y venir con muchas pelotas por el aire.
Pero Torre Fuerte era el que tenía mejores ideas, mayor vocación ofensiva.
Al minuto 20 se convierte un gol anulado por el juez a indicación del asistente. Pero a los 39' se produjo la apertura.
Pasando el medio campo hubo un toque, devolución hasta que sobre el borde del área Jhon Cabrera sacó un remate bien esquinado dejando totalmente parado al portero.
Canarios reaccionó pero le faltó contundencia y claridad como para inquietar al arquero de Torre Fuerte por lo que con el 1-0 se fue el primer tiempo.
Segunda etapa. No cambió mucho la tesitura del partido, aunque Canarios con más amor propio que juego, lo metió en su zona a Torre Fuerte que apostaba la contra.
Esto duró hasta el minuto 20 y a partir de ahí su presión fue bajando y dio espacios a los de la Villa que en al menos dos oportunidades tuvo a tiro el segundo gol. Una cuando tras una pelota cruzada, Irala le pega con el arco casi de frente afuera y, la otra cuando se escapó Gutiérrez enfrentó al portero y la puso por arriba pero la pelota se fue escasamente a milímetros encima del travesaño.
Esperar el final. Esas fueron las jugadas más importantes de Torre Fuerte contra casi ninguna de Canarios que solo apeló a pelotazos altos donde el portero Villagómez lució seguro.
Luego de tres minutos de adición, Rafael Subirana decretó el final provocando el alborozo de los hinchas en las tribunas.
Apuntes
• El público. Muy buena la cantidad de espectadores que se ubicó en las gradas de la parte oeste para presenciar la final extra ayer. Algo más de mil asistentes bien divididos, para alentar a sus equipos hasta con banda.
• Cancha mala. Es realmente deplorable el estado de la cancha del estadio Eduardo Guilarte. Los jugadores no podían jugar al ras del piso y por eso optaron por levantar la pelota y eso afeó el espectáculo.
• Distinciones. Al margen de Torre Fuerte y Canarios, clasificados como los campeones, también hubo distinciones para árbitros, dirigentes y a René Rivero que preside la Comisión de Estadística de la ACF.
• Festejo. Era obvia la euforia que se desató en hinchas y jugadores de Torre Fuerte al final del partido. En algún momento los jugadores hicieron la tradicional “manteada” a Miguel Loayza como signo del festejo.
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