Una vez que ambos dirigentes se pronuncien en torno a este requerimiento, los dirigentes de las asociaciones nacionales tomarán una determinación, tomando en cuenta que ambos están detenidos preventívamente, y no pueden ejercer el cargo que se les ha encomendado.
Si ambos no renuncian, la ANF declarará que ambos cargos están acéfalos y se elegirá al nuevo mandamás y secretario general en el acto.
Dos candidatos surgen a colación, por un lado Fredy Cortez, presidente de la Asociación de Fútbol de Tarija, y Walter Torrico, presidente de la Asociación de Fútbol de La Paz, en ese orden.
Si bien Torrico le dio su respaldo a Cortez, éste no quiso pronunciarse en torno al tema, porque dijo que hay que esperar para ver qué responden tanto Justiniano como Zambrano, en torno al requerimiento que hicieron de que ponga sus cargos a disposición.
Mientras, Torrico señaló que en la AFLP tiene bastante trabajo y que no ha pensado en una probable elección para la presidencia de la ANF.
Cortez habló de la necesidad de reformular los estatutos de la FBF, para poder dar lugar al cambio estructural del fútbol nacional. Mientras que Torrico, se ampara en las recomendaciones que hicieron llegar los personeros de la FIFA, cuand vinieron a La Paz, en sentido de que se debe reestructurar el fútbol nacional con una sola cabeza y dos brazos operativos, como deberían ser la Liga y la ANF.
Se habla a este nivel de una dirección del fútbol profesional y otra de las asociaciones nacionales, ambos con una misma importancia, ligados a la presidencia de la FBF.
Además, según Torrico, la ANF no desaparecerá y más bien con este plan tendrá un mejor funcionamiento como generadores del fútbol base en el país.
A diferencia de lo que sucedió la anterior semana, los dirigentes de las asociaciones nacionales, tomaron la determinación de reunirse en Santa Cruz, para poder optar por un cambio en el fútbol nacional.
Cortez también tiene una propuesta de cambio, pero no quiere hablar nada menos anficipar algo, hasta que la ANF no se reuna.
Surgió también el nombre del dirigente cochabambino Rolando Aramayo, quien sin embargo, a diferencia de los dos, no tiene el apoyo necesario para llegar a la presidencia.
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