Pese a los buenos oficios que hizo el director del Servicio de Departamental de Deportes (Sedede), Ronald Calizaya, para llegar a un entendimiento y unificar a las dos Asociaciones de Fútbol Cochabamba (AFC), una dirigida por Rolando Aramayo y la otra por Jhonny Villarroel, esto no se logró y el fútbol valluno continúa con dos instituciones.
Aunque la asociación dirigida por Aramayo posee el reconocimiento de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), sus selecciones departamentales son las que participan de los torneos nacionales y sus clubes afiliados optan por clasificar a torneos de ascenso a la Liga de Fútbol Profesional Boliviano (LFPB), esta dirigencia no recibió el reconocimiento de la Asamblea Departamental del Deporte (ADD), institución que acredita a las asociaciones ante el Sedede.
La Asamblea envió una carta al Sedede en la que pide reconocer a la asociación dirigida por Villarroel, motivo por el que al Sedede no le quedó de otra que posesionar a Jhonny Villarroel como presidente de la AFC, aunque ésta no tiene el visto bueno de la FBF.
Pese a esta situación y con el objetivo de no perjudicar a la niñez cochabambina, el director del Sedede definió otorgar también las canchas del estadio Félix Capriles a las divisiones menores de la AFC reconocida. Por lo tanto, todas las categorías desde la sub-6 hasta la sub-13 podrán hacer uso de las canchas del Capriles para sus partidos el fin de semana; además se le otorgará la cancha 2, todas las semanas de martes a viernes, a las selecciones cochabambinas de la asociación de Aramayo.
Lo curioso es que para los Juegos Suramericanos 2018, los jugadores de la AFC de Aramayo podrán ser convocados para jugar en la Selección Nacional.
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