La escuela de fútbol Futvalle en Cochabamba cuenta ya con unos 180 alumnos (hombres y mujeres), dos meses y medio después de haber comenzado oficialmente sus actividades (1 de junio). Wílder Arévalo, destacado exjugador de Wilstermann y The Strongest, tuvo la idea —hace unos tres años— de tener su escuela de fútbol una vez que su carrera profesional llegue a su final.
El proyecto fue respaldado por Diego Bengolea, otro exfutbolista del Rojo y también de los dos grandes de La Paz, quien se convirtió en su socio. Después de varias reuniones desde principios de año y pedir colaboración a varias instituciones, como el Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba, las ideas empezaron a tomar forma y la Futvalle (apócope de fútbol valluno) se hizo realidad.
Sumaron a su equipo de trabajo a Christian Vallejo, quien empezó a jugar junto a ellos en su época de juveniles en Wilstermann, a Juan Carlos Frías y a Álvaro Ovando, quien es el preparador de arqueros. Así empezó el proyecto para formar a futbolistas cochabambinos. También es parte de la escuela Carola Rodríguez, esposa de Arévalo, fisioterapeuta de profesión.
Arévalo, Bengolea y Vallejo, que se convirtieron en las cabezas de la escuela, coinciden en que el objetivo principal es devolverle al fútbol valluno el protagonismo de años pasados en el contexto nacional, cuando Cochabamba era un verdadero semillero y nutría de jugadores a clubes de todo el país y a selecciones nacionales.
“Queremos recuperar al cochabambino”, expresó Arévalo. Bengolea, por su parte, apuntó que la intención es “tratar de ayudar a que salgan nuevos jugadores de Cochabamba, que últimamente bajó un poco, y no es como antes, como cuando estaba vigente la Enrique Happ”.
Wílder va un poco más allá y asegura que lo que pretenden es “dignificar la profesión del fútbol, queremos sacar profesionales de este deporte, no solamente jugadores por talento que lleguen a la primera porque juegan bien, sino realmente que sean educados, que se preparen, y que la sociedad deje de ver al jugador de fútbol —no en todos los casos— como borracho o mujeriego. Que realmente surjan profesionales comprometidos con lo que hacen”.
Gracias a la colaboración de la Alcaldía cochabambina y su director de deportes, Sansusty, se estableció una alianza dentro de un proyecto que se denomina escuela modelo, por lo que le cedieron dos canchas.
“Trabajamos en dos canchas, una en la OTB (Organización Territorial de Base) de Tupuraya (los lunes, miércoles y viernes de 09.00 a 12.00 y 15.30 a 18.30) y otra en la OTB de Cantarrana (martes, jueves y sábado de 09.00 a 12.00 y de 15.30 a 17.30)”.
La escuela tiene alumnos entre los 4 y 16 años, divididos en seis categorías (4 a 6 años, 6 a 8, 8 a 10, 10 a 12, 12 a 14, y 14 a 16). Cada OTB, por la utilización de sus campos deportivos, tiene derecho a 25 becas para entregárselas a niños y jóvenes del barrio. El resto de los alumnos pagan un monto por la inscripción, una sola vez, y otro por la mensualidad.
Con el dinero de la inscripción, la escuela entrega la polera y el corto para los entrenamientos. Ese dinero, además, permite pagar al médico con el que cuenta la institución, que está pendiente para atender a los niños y jóvenes.
Si alguno se lesiona, además de los médicos, Arévalo señala que él mismo se encarga de la recuperación, porque además de ser técnico profesional es fisioterapeuta, lo mismo que su esposa Carola Rodríguez. “La recuperación la llevamos adelante en el gabinete con el que contamos”.
Hasta el mes de diciembre la idea es captar nuevos valores, para en 2015 inscribir a las diferentes categorías a los campeonatos de la Asociación de Fútbol de Cochabamba. Por el momento cada una de las categorías juega partidos amistosos con las otras escuelas de fútbol de Cochabamba, por lo menos dos veces al mes.
Muchos planes para crecer
Cursos
Arévalo, quien es una especie de director de la escuela, dijo que al margen de trabajar exclusivamente en la formación de niños y jóvenes, se tienen varias ideas para crecer como institución. Se piensa, por ejemplo, en cursos para capacitar a entrenadores.
Otras escuelas
También pretenden relacionarse con otras escuelas del interior y también del exterior. “Queremos traer a las escuelas de Arnulfo Valentierra (de Colombia) o a la de Adrián Cuadrado (en Argentina)”, sostiene Arévalo, dos amigos que le dejó el fútbol.
Charlas
La formación de los alumnos se complementa con charlas de futbolistas profesionales o exfutbolistas. Los primeros invitados fueron Édgar Olivares, otro futbolista cochabambino que jugó en varios equipos de Liga, y el exarquero brasileño Mauro Machado, ahora integrante del cuerpo técnico de San José.
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