Como ya es tradición, el lugar elegido fue la calle Riberalta, en la zona de la Máquina Vieja, donde los miembros del equipo canario y amigos simpatizantes se sirvieron queperí, picante de gallina, chancho, pollo al horno, patasca y, por la tarde, empanadas para seguir disfrutando de la banda.
Ni el frío que azotó la ciudad pudo contra la hinchada destroyana, que se dio cita puntualmente para confraternizar y pasar una linda jornada
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