La Asociación de Fútbol de La Paz cumplirá en febrero del año que viene su centenario de fundación.
La "AFLP”, como se la conoce, fue (decimos) una institución líder en el fútbol boliviano; primero, por atraer a la gente hacia este deporte y segundo, por la capacidad e idoneidad de sus dirigentes, quienes participaron activamente en los grandes cambios que se produjeron al interior del fútbol boliviano.
Hoy, lejos de aquellos tiempos de gloria, notablemente ha decaído deportivamente y, lo que es más triste aun, la entidad de la calle Juan de la Riva ha dejado de ser el referente del fútbol amateur.
Como si fuera poco, en los últimos tiempos se ha convertido insostenible la relación entre la AFLP y el club Mariscal Braun. Más allá de un problema institucional, ha originado una ríspida relación entre Wálter Torrico y Luis Alípaz, cabezas de ambas entidades. El cuadro cervecero fue impedido de intervenir en el torneo de primera "A” desde 2010 por una supuesta "deuda” ante esta entidad que le impidió jugar dicho torneo. Desde aquella fecha el club fue desafiliado y su caso fue elevado a los tribunales competentes de la FBF, que lo eximieron del compromiso económico y obligaron a la AFLP a que autorice la participación del equipo en el presente certamen.
Pero no todo salió a pedir de boca para Braun, que es obligado a participar injustamente desde la cuarta fecha, cuando la competición está en marcha, las inscripciones, el libro de pases y habilitaciones está cerrado. Como es de suponer ante esta fatalidad, perdió su primer choque ante Chaco WO lo que supone de inmediato la pérdida de categoría.
Lo justo es que el cuadro "cervecero” vuelva a la actividad deportiva en igualdad de condiciones que el resto de los clubes; caso contrario, se daría a entender que priman otros intereses antes que los deportivos para hacer desaparecer a esta institución paceña como ha sucedido con otras en los últimos años. El Juego Limpio debe ser parte de la conducta de nuestros dirigentes.
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